Nuestra labor nació en el período de la posguerra, inventado por un puñado de marineros en una era romántica de antaño, cuando todos los marineros tenían un tatuaje y una hermosa mujer en cada puerto.
Cuando los primeros turistas llegaron a la Rivera, esos marineros recios tuvieron la idea de llevarlos en sus pequeños botes para que descubrieran la bellezas del Golfo de Tigullio. Luego resultaron tan emprendedores que trabajaron juntos proponiendo excursiones de "aventura" a bordo de los primeros botes.
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